El pasado viernes 5 de junio tuve la oportunidad de concurrir al querido Cine Gaumont (INCAA) a ver la película biográfica de uno de mis preferidos escritores argentinos: Haroldo Conti; quien con su simpleza de ideas y bella narrativa describe con filosófica gracia los paisajes y personajes de una de las regiones bonaerenses más tradicionales y productivas de nuestra pampa interior.
Y si bien he nacido entre Almagro y San Cristóbal ,en la porteña Buenos Aires; mis padres han vivido gran parte de sus vidas en aquellas tierras que cobijan a pueblos-ciudades como Bragado, Los Toldos, Junín y claro, Chacabuco...(donde aún viven una buena parte de mis familiares paternos, incluido Ciro Olivera, hijo de mi prima Cecilia Rodríguez que además actúa en el film); él es el niño Haroldo que corre por esa famosa ruta de tierra hacia Bragado, entre los campos donde Conti inmortalizó a su querido Álamo Carolina.
Este detalle que tanto me involucra y me acerca a Conti, se suma en relación al film, a la gran actuación de un maduro Grandinetti y a la excelente dirección de Miguel Mato, que nos hace reflexionar particularmente sobre éste hombre de las letras, un viajante que aunque hayan (neciamente) querido acallar con su desaparición en la época de la dictadura militar luchó siempre por sus ideales, pero fundamentalmente por la libertad, la misma que lo llevó a elegir quedarse en su país, a pesar de tener en claro cual sería su destino...por ello el mensaje final será que el "homo viator" sigue su viaje hacia la libertad plasmada en sus obras.