Ella le escribió alguna vez: 
Hoy, amor mio, te escribo para decirte que cuando te vi, comprendí lo que sucede...
He llegado a la conclusión, de que ya no solo soy yo, sino que también soy vos.
¿Qué? Te estarás preguntando...
La respuesta es sencilla: yo, que hasta aquí caminaba sola por el mundo, sin rumbo, soñando con alguien que me encontrara y me llevara lejos, he podido ver en tus ojos mi reflejo.
Me gusta lo que veo, porque soy mejor cuando estoy contigo que sin ti. He descubierto que una parte tuya me pertenece, tanto que no podría diferenciarla del resto de mi. He comprendido que soy capaz de sentimientos impensados hasta ahora. He entendido, que (sin querer) te robé un trozo de alma y... tengo que confesarte que me produce mucho placer ser una ladrona de esta clase.
Lo que sucede es eso, sencillamente he comprendido que ya no podría caminar sin ti, porque aunque tomáramos rumbos separados, estarías adosado a mi SIEMPRE.
Sería como intentar caminar por arenas movedizas... el suelo que piso no es firme si me faltas.
Cuando te vi, vi tus cabellos plateados, comprendí que eres el hombre con quien quiero envejecer alguna vez, si envejezco.... (porque tu amor me hará eterna y joven).
He descifrado el misterio en mi cabeza: no podía caminar porque no tenía la fuerza que hoy, tu amor me ha dado para hacerlo.
Te pido... sólo un favor: No dejes de amarme como lo has hecho hasta ahora, no temas de mis inseguridades (comprende que es mucho el tiempo que pasé sin ti, en la oscuridad). Si hemos de tomar rumbos separados, recuerda siempre que te amé con locura y que me has dado lo más importante que alguien me dio alguna vez: un trozo de alma y pasión, condiciones sin las cuales no sobreviviría sin ti. Puedo comprender y comprenderme... Me has dado libertad para ser contigo, pero también para saber que soy sin ti... es por eso que te amo tanto.
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